24 feb 2010
La velocidad y el suelo
Así es como se os puede quedar el cuentakilometros si entrais en una curva cerrada, exactamente 90º, a más de 30 km por hora. El caso es que no era la primera vez. No era la primera vez que tomaba esa curva a esa velocidad ni tampoco era la primera vez que terminaba en el suelo (hay cosas que no se aprenden ni tropezando unas cuantas veces en la misma piedra). La dificultad estaba en lo deslizante del terreno por la lluvia de todos estos días.
Creo que me puede el subidón de adrenalina de saber si derraparé lo suficientemente bien como para perder el mínimo de velocidad y no terminar en el suelo. Cuando lo consigo, que por suerte son más veces que las que no, es una pasada, cuando no, bendito casco y a lamerme las heridas.
Y alguno se preguntará ¿Y los perros que tienen que decir de todo esto? Los peques frenan en cuanto oyen la orden para parar y me miran con cara de -¡Seguimos o que!
Tampoco penseis que vamos todo el día a machete y quemando rueda. Pero los días que entrenamos velocidad, entrenamos velocidad.
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